¿Comes saludable o vas a lo fácil?
La promoción de una alimentación saludable en nuestros hijos e hijas parece haberse convertido en una ardua tarea, obstaculizada entre otros motivos por la mala información de la industria nutricional, la predilección de los niños por la comida rápida o la elección de productos ultraprocesados como pretexto a la falta de tiempo en el día a día.
Es un esfuerzo que merece la pena, tanto en el colegio como en casa, porque la elección de comida real así como el rechazo a los alimentos procesados puede prevenir que nuestros hijos sean parte del 70% de la población que tendrá sobrepeso en 2030 -y un 30% de ellos obesidad-. Contribuir al cambio con pequeñas acciones es parte de nuestra responsabilidad, empezando por eliminar costumbres insanas, que el marketing ha inducido en nuestras vidas.
De este modo, podemos seguir una serie de directrices básicas que convertirán nuestra cesta de la compra en una mucho más saludable. Entre otras, cambiar el clásico cacao de marcas conocidas por el cacao puro; optar por pan integral; yogures preferentemente naturales y, por supuesto, suprimir el consumo de cualquier tipo de bollería o zumos que tantos azúcares contienen. Asimismo, aprender a leer el etiquetado de los envases resultará primordial para saber diferenciar un tipo de producto sano de otro procesado.
Estas modificaciones harán que nuestra rutina alimenticia sea mucho más beneficiosa para toda la familia y complementarán el trabajo que ya se está haciendo en el colegio.
Y tú, ¿te unes al cambio?